Desde Lincoln, el sacerdote se embarca en una misión para apoyar a las comunidades rurales más necesitadas del país africano.
El Párroco de la Iglesia Inmaculada Concepción de Lincoln, Padre Guillermo Gómez, partirá el 9 de mayo hacia Mozambique para cumplir con un año de acción pastoral en comunidades rurales. En diálogo con el programa «Una mañana diferente» de Radio Ameghino 103.3, el sacerdote compartió detalles sobre su misión y su experiencia previa en África.
“Desde joven nunca tuve el deseo explícito de ir a misionar a África, pero con el tiempo, Dios se manifestó y me llamó a realizar este servicio”, explicó el Padre Guillermo. Según relató, el primer impulso surgió de la visita de un compañero sacerdote, el Padre Juan Pellegrino, quien le habló sobre la situación de las parroquias en Mozambique. También destacó el impacto de la visita del Papa Francisco, quien instó a los sacerdotes a salir de su zona de confort y servir donde más se necesite. Además, el testimonio del sacerdote argentino Juan Gabriel Arias, con más de 10 años trabajando en Mozambique, reforzó su decisión.
El Padre Guillermo explicó que su misión consistirá en la creación de una nueva parroquia, San Pedro de Quillache, en un área con comunidades rurales que requieren atención religiosa y pastoral. A lo largo de los últimos años, el obispo ha estado construyendo una casa para que el Padre Guillermo pueda vivir allí junto con un sacerdote mozambicano y gestionando un vehículo para recorrer el extenso territorio.
El sacerdote también destacó las duras condiciones de vida en las zonas rurales de Mozambique, donde gran parte de la población vive de lo que cultivan y crían. “La vida es muy dura, lejos de los centros de salud y educativos. Las personas tienen que caminar horas para acceder al agua o a la escuela”, comentó, agregando que las mujeres suelen recorrer largas distancias cargando agua en bidones.
Además, el Padre Guillermo recordó una emotiva experiencia vivida en una de sus visitas previas a Mozambique, cuando un grupo de mujeres celebró la llegada de agua potable a su comunidad después de décadas de caminar largas distancias para obtenerla. “Para nosotros, encender una perilla y tener agua es algo común, pero para ellos es un lujo”, reflexionó.
En cuanto a la motivación que lo lleva a regresar a Mozambique, el Padre Guillermo afirmó que la necesidad de las comunidades lo impulsa a continuar con esta misión. “Son comunidades que crecen y tienen muchísima necesidad. Este es un pequeño granito de arena que puedo aportar. Este año en Mozambique me ha renovado y me hace muy feliz”, concluyó.





